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La violencia que se ejerce contra la mujer por el hecho de serlo es un ataque a
los derechos humanos y una forma de discriminación extrema. Los Poderes Públicos
tienen la obligación directa de combatir tales ataques y de revertir sus efectos. Por ello,
y con motivo del ‘DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA
CONTRA LAS MUJERES’, que tendrá lugar el próximo 25 de noviembre, el Gobierno
regional se hace eco de la preocupación de la población extremeña por esta grave lacra
social.


Son numerosas las convenciones y declaraciones que han abordado la
violencia contra las mujeres como problema a escala internacional. Entre ellas cabe
destacar la “Declaración sobre Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, adoptada en
1993 en el seno de la Organización de Naciones Unidas; la “Convención Interamericana
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra la Mujer”, aprobada en Belem do
Pará de 1994; o el “Convenio para la Prevención y Lucha contra la Violencia contra las
Mujeres y la Violencia Doméstica”, aprobado en Estambul en 2011, y ratificado por
España en 2014.


En el ámbito interno, se suma a la protección que ya dispensaban las Leyes
Orgánicas 11/2003, de 29 de septiembre por la que se crea la orden de protección de
las víctimas de la violencia doméstica y de género, y 1/2004, de 28 de diciembre, de
medidas de protección integral contra la violencia de género. Asimismo, es importante
poner de relieve el consenso político y social que hizo posible en 2017 la materialización
del primer Pacto de Estado contra la Violencia de Género en España, que supuso un
punto de inflexión en la adopción de medidas integrales para combatir la violencia que
sufren las mujeres.


Firmeza, rigor y compromiso sin fisuras son los principios que han de
inspirar la actuación de los Poderes Públicos extremeños en la lucha contra esta forma
de delincuencia. Una lucha en la que se debe perseverar, sin desfallecer y ni dar pábulo
al más mínimo retroceso. La violencia que tiene como objetivo a la mujer es de
naturaleza plurifactorial, pero una de las causas de mayor peso que la provoca es la
ausencia de una educación en igualdad.


Y es por ello que debe constituirse en un objetivo prioritario de nuestro sistema
educativo formar a los más jóvenes para que el valor de la igualdad y la no discriminación
sean, no sólo un principio general de declaraciones, convenciones o normas jurídicas,
sino el referente fundamental en que se inspire su modelo de relación con el resto de
iudadanos y ciudadanas a lo largo de su existencia.

A esta labor educativa ha de unirse un trabajo permanente de concienciación
social. Es en esa tarea en la que deben implicarse especialmente los responsables
políticos, así como las familias y la sociedad extremeña en general. En este ámbito de
colaboración y concienciación cívica se inserta el lema “Si hablamos, el machismo calla”,
como eje de la campaña de la Junta de Extremadura con motivo del próximo 25 de
noviembre.


Con este lema, desde el Gobierno regional hacemos un llamamiento a toda la
sociedad para que esté alerta, para que denuncie, para que no silencie cualquier atisbo
de violencia que pueda poner en riesgo la integridad física o psicológica de las mujeres
extremeñas. En este marco tienen cabida comportamientos, comentarios o actitudes
machistas que suceden a nuestro alrededor y que, no sólo resultan absolutamente
incívicos, sino que pueden ponernos en la pista de futuras situaciones de violencia,
porque ese machismo es el origen.
Además, queremos hacer partícipe a la sociedad extremeña para que, desde
todos los ámbitos, se visibilicen nuevos tipos de violencia que han ido surgiendo con los
tiempos. Especialmente aquellas formas de violencia que están ligadas a las nuevas
tecnologías, como las redes sociales o las aplicaciones a las que tienen acceso nuestros
adolescentes.

Cabe subrayar la recurrencia de casos de violencia digital como el ciberacoso, el
envío de fotos y vídeos sin permiso o el chantaje con material digital como un problema
que afecta a edades muy tempranas. Las víctimas y los agresores son, cada día, más
jóvenes y se ejercen violencias en muchos casos poco visibles, difíciles de detectar, pero
igual de graves que las que ya, por desgracia, de sobra conocemos.
La inteligencia artificial para cometer delitos sexuales y las relaciones de pareja
basadas en la dominación y el control están presentes en los smartphones y dispositivos
que usamos y usan los adolescentes extremeños a diario; esta realidad nos sitúa frente
a nuevos retos que debemos enfrentar unidos y siendo conscientes de la importancia de
la atención temprana.


Asimismo, urge proteger a las nuevas generaciones de extremeñas y extremeños
de un fenómeno cada vez más normalizado y extendido como es el acceso generalizado
e indiscriminado a contenidos de carácter pornográfico en la red. Estos contenidos
pueden acabar reproduciéndose en la vida real, permitiendo un modelo relacional en el
que anidarían muchas posibilidades de provocar violencia, en general y, en particular, en
el terreno afectivo-sexual y que también tiene por víctima a la mujer.
Hay muchas formas de violencia, esto es un hecho. Todas son igual de execrables
y dignas de repulsa. La condena que todas ellas merecen no debe distraer el foco a la
hora de mostrar nuestro más enérgico rechazo hacia la violencia por razón de género.
El reconocimiento como realidad propia y distinta de otras modalidades de agresión,
incluso, en el ámbito del hogar, nos ayudará a comprender mejor sus motivaciones y a
ser más eficaces en su erradicación, al servicio de una sociedad más libre, más igual y
más justa.


Este año, han aumentado los casos de violencia contra las mujeres. Una violencia
que ha segado la vida de 52 mujeres en España, cifra que ha superado ya a los 3 años
anteriores. En Extremadura hay actualmente 2.215 mujeres con seguimiento policial. Los
cuerpos y fuerzas de seguridad, las Casas de la Mujer, las oficinas de igualdad, los
profesionales de la salud, los trabajadores sociales y los docentes conforman una extensa
red pública de apoyo que vamos a seguir reforzando.
Son muchas las extremeñas que desgraciadamente ya han sufrido esta forma de
violencia. A ellas, a las víctimas de nuestra tierra, queremos decirles que no están solas,
que la sociedad de nuestra región en su conjunto las comprende, las arropa y se hace
solidaria de su padecimiento.
Desde la Junta de Extremadura ratificamos nuestro compromiso en la lucha
contra la violencia hacia las mujeres y garantizamos una acción integral de gobierno. En
ella, no se escatimará ningún esfuerzo para concienciar a la población, proteger a todas
las extremeñas y procurar la recuperación integral, así como la de sus hijos e hijas en la
medida en que hayan presenciado, convivido o, incluso sufrido la violencia machista en
su persona.


El Ejecutivo está trabajando para que Extremadura pueda convertirse en un
referente de igualdad. Con este fin, ahondará en el desarrollo y mejora del Pacto de
Estado contra la Violencia, en pos de una sociedad basada en el respeto, la igualdad, la
dignidad y la libertad.


Por todo ello, llamamos a la sociedad extremeña a expresar cívicamente su
rechazo y condena a la violencia contra las mujeres, y pedimos su colaboración para
visibilizar y no silenciar el machismo en cualquiera de sus expresiones, ayudando a
construir una sociedad en la que la violencia y la discriminación no tengan cabida.