Queridos niños y queridas niñas;
Me alegra mucho poder deciros que, aunque creí que esta vez sería imposible visitaros, el día 24 de diciembre podré estar con vosotros y pasar una estupenda tardes tomando té de copos de nieve mientras me contáis qué me habéis pedido y si os habéis portado bien.
Este año pensé que me quedaba sin veros y sin regalos ya que mi clásico Renó 4 se encuentra sin batería porque Rudolph se quedó encendida la nariz toda la noche y, además, tiene estropeado el cuerno de cambio.
Menos mal que vuestro concejal Alfredo Vizcaíno, después de decir “esto no puede ser, esto no puede ser, esto no puede ser, esto no puede ser” mientras paseaba de su despacho hasta el de Nereida, su hada y de ahí al de su elfo Tankius, con una mano en la frente y otra en la cadera, nerviosísimo, y tomarse un campano de cling clong de verano, se puso a trabajar para que eso no ocurriera y me ha conseguido un trineo nuevo.
No sé cómo es, pero tengo muchas ganas de conocerlo y usarlo porque Alfredo me ha asegurado que es mágico y, como ya me ha salvado muchas veces de quedarme aislado en Laponia y no poder ir a Navalmoral, tengo mucha confianza en que sea un trineo de última gama con elevapatas eléctricos. Ojalá estéis todas y todos esperándome para poder enseñároslo paseando por la localidad.
Yo llegaré a las 18:00 horas a la Plaza José Vizcaíno, recorreré eso que llamáis la principal y luego, igual que hago siempre, os esperaré en La Gota para que os sentéis en mis rodillas, os hagáis una foto de recuerdo y, sobre todo, para que me digáis qué queréis que os traiga, que con tanto trajín no me ha dado tiempo a leer vuestras cartas.
Os quiero, Papá Noel.